Las diferentes
hipótesis que se han ido planteando acerca del misterio de las caras de Bélmez,
han mantenido en vilo uno de los misterios más profundos de este enigma, y es
precisamente el cómo se forman y se producen estas caras. Siguiendo una
metodología coherente de investigación, los investigadores pudieron trabajar
con diversas hipótesis queriendo comprender el cómo pueden estas caras
conformarse de manera espontánea. Así, de esta forma, El SEIP llevó a cabo un proyecto;
El Proyecto Génesis en el año 2002,
para dar respuesta a las cuestiones del presente fenómeno.
Desde que el fenómeno
de las Caras de Bélmez comenzó a ser
estudiado por la SEIP, los investigadores, tras la observación del fenómeno, su
evolución y algunas de sus características, empezaron a elaborar una serie de
hipótesis con respecto a: Qué son las Caras, Por qué se producen, Cómo se
Forman y su posible relación con lo trascendental.
En un primer término y
tras la primera investigación del año 1995, comenzó a plantearse la hipótesis
del por qué se producen las Caras de Bélmez, llegando a relacionar un posible
efecto trascendental -del más allá- que pudiera de algún modo producirse con la
presencia de dos estrados diferentes de enterramientos -cementerios- bajo la
casa de María Gómez.
Los investigadores, realizaron
una serie de experimentos con cemento, donde el fenómeno de las caras de
Bélmez, puede tener una estrecha relación con la presencia de los
enterramientos en el subsuelo y la remodelación de la iglesia durante el año de
la aparición de las caras, por ello la Hipótesis de lo trascendental todavía no
ha podido invalidarse y queda de este modo planteada como una posible Teoría.
Y del mismo modo, ante
la pregunta del ¿por qué se producen? llegaron a la conclusión de que estas
formaciones podrían, de igual modo, tener una causa de manifestación por haber
separado los huesos de unos y otros, en definitiva, por haber removido los
restos del cementerio.
Hipótesis de Cómo se Forman las caras
Tras la serie de
experimentos y estudios sobre el fenómeno, los investigadores llegaron a la
conclusión de que para que las caras de Bélmez se produzcan se necesita una
serie de factores fundamentales:
·Un suelo de cemento que pueda ser
contrastado.
·Un elevado índice de humedad constante
en el subsuelo y en el entorno de cada formación que supere el 80% de humedad.
·Un Canal Psíquico, que en este caso es
María Gómez Cámara.
·Un Estado Alterado de Conciencia.
Según las
comprobaciones por parte de los investigadores, la mayor parte de momentos de
producción de teleplástias en Bélmez, ha tenido lugar en momentos donde la
propietaria de la casa y protagonista principal del fenómeno - Canal Psíquico-
ha experimentado importantes cambios
psicológicos que han podido trascender en los Estados Alterados.
El SEIP corroboró
que en los periodos de tiempo en que las
caras tenían menor claridad, estaban
más "apagadas" y se veían mucho peor, era cuando María sufría la
llamada monotonía, soledad u olvido.
En cierto modo siempre ha sido como si
las caras apareciesen para ser vistas, aunque lógicamente dependía de un Canal Psíquico, en ese caso María
Gómez Cámara.
Los investigadores
llegaron hasta a crear un símil comparativo: El suelo de cemento es el papel, la humedad es la tinta, María es el
bolígrafo, pero... ¿quién es el que mueve el bolígrafo y realmente pinta?
Según las fuentes
consultadas e incluso de la propia familia de la casa de las caras, el cemento
que había en el suelo tenía aproximadamente 10 años de antigüedad, con lo que
su modificación molecular, resultaba teóricamente improbable.
Así, ¿Cómo pueden
formarse estas caras y aún más, cómo pueden modificarse o moverse? Sí, es un
enigma ante ojos de cualquier persona, incluso con formación científica
específica. Pues bien, desde el punto de vista de la observación continuada de
las muestras de las teleplástias así como del cálculo del grosor del mortero en
el que aparecen dichas formaciones, se pudo constatar que la aparición de las caras
se produce por una reorganización molecular de las partículas más oscuras del
cemento.
Es como
si la humedad que conforma el subsuelo, caprichosamente se hubiese concentrado
en las líneas determinadas que componen las imágenes. Aceptando este hecho como probable, la
pregunta difícil de resolver, es cómo cambian y varían su forma. Si tomamos
como ejemplo a la Dama de la Copa, podemos observar perfectamente como en su
proceso de aparición tanto el brazo como las manos, así como la cara y determinados
rasgos, sufrieron una inclinación y deformación en muy poco tiempo, hasta que
la imagen estuvo totalmente formada.