Tiempo después de la muerte de María, familiares de esta, se dieron
cuenta de que en su casa estaban apareciendo unos rostros. Esta casa, era en la
que María Gómez Cámara nació y creció. La casa en la que aparecieron las nuevas
caras está situada en una calle más arriba de la casa en la que por primera vez
apareció la primera la cara.
Cuando la noticia salió a luz en los medios de comunicación, las caras
cobraron gran importancia y como siempre ha pasado en relación al presente
fenómeno paranormal que se sigue estudiando, hubo gente para todo. Por un lado,
unos seguían comentando que estas, las habían falsificado y por otro lado,
otros, comentaban que no, que todo ello, tenía sentido, ya que esa era la casa
natal de María, y una vez muerta, lo que estaba sucediendo en la casa podría
tener una relación muy grande. Así, por lo sucedido se llamó a un albañil para
picar y precintar la habitación de la nueva casa de las caras.
El albañil es un vecino de aquí de Belmez, Blas; Este, en su día comentó
que esa no era una pared cualquiera. Él lo sabía y notaba la presión. Fue él
quien hace seis meses entró en la casa donde nació María Gómez. Fue él quien se
metió en la habitación del fondo, la más fría de todas, donde habían aparecido
nuevas caras, por primera vez en otra casa que no era en la que María residió
con su marido y sus hijos, y fue él quien pico esas caras hasta dejar la pared
lisa, sin rastro de nada, sin ninguna figura.
Detrás de él entró la notaria, Elena Ramos, que verificó que la pared
había quedado completamente lisa y precintó
la habitación para que nadie pudiera entrar. Y detrás de ellos dos, llegó
el cerrajero, que colocó una mampara
ante la puerta para que si había alguna duda de que se pudiera manipular el
precinto de la habitación, quedara totalmente despejada.
Todo promovido por el Grupo de Investigaciones Parapsicológicas de
Bélmez, un grupo de investigadores de Sevilla que ya lleva varios años
trabajando en la que fuera la casa natal de María, heredada por sus sobrinas,
Ana y Felipa, y donde, tal y como todos defienden, comenzaron a aparecer teleplástias
tras la muerte de María Gómez.
El precinto fue el 18 de febrero y el 18 de agosto, tocaba desprecintar
y comprobar qué había pasado en este
tiempo en la famosa pared. De ahí los nervios de nuestro vecino Blas el
albañil.
Cuando llegó la hora de desprecintar, en la puerta de la casa natal
estaban a media mañana, medios de
comunicación, vecinos, miembros de la Asociación Parasicológica de Mula
(Murcia), que habían sido invitados al acontecimiento, familiares e interesados
en el fenómeno en general. Pasadas las doce llegaba la notaria y comenzaba el 'espectáculo'. La gente se agolpaba en
el pasillo de la casa que conduce a la habitación para poder ser los primeros
en entrar y echar un vistazo. Pero no fue tan fácil.
El proceso fue el mismo, pero a la inversa, que el día del precinto.
Primero tuvo que entrar el herrero y desmontar la mampara. Después la notaria
comprobó que el precinto sobre la puerta continuaba tal y como lo había dejado
y cuando tocaba abrir la puerta, en mitad del caos de gente, fue cuando cayeron
en la cuenta de que la única llave de la puerta se la había llevado la notaria
y no la había traído. El herrero tuvo que intervenir de nuevo y romper la
cerradura. Y ya sí, por fin, se abrió la puerta… ¿Y SABÉIS QUÉ SE ENCONTRARON? :-)
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